Falcón es un estado que me duele, es clase aparte, no solo porque viví mucho tiempo bajo ese calor inclemente, sino porque Falcón pareciera que fue creado con la mejor arcilla que tenía “Dios” para el momento. Lo tiene todo, las mejores playas, los Médanos de Coro, el Cabo San Román, el Cerro Santa Ana, La Vela de Coro, la Sierra de San Luis y las Cataratas de Hueque, entre otros. Hace un calorón, pero también hace frío si te vas a la sierra ¡Sí, frío hasta de 10 grados en algunos casos!

Es un paraíso con estructura de infierno, por la indolencia de sus gobernantes y por sus mismos habitantes, porque no todo es culpa del gobierno. La gente es conformista, la mano se la meten solo a lo principal: Coro y Punto Fijo y tampoco es mucho el manoseo a decir verdad. A Coro le restauraron el casco histórico el cual debo decir ¡Quedó fantástico! Pero la gente se queja por las carreteras de piedra porque dañan los carros ¡Hagan una ley para que por allí solo circulen turistas a pie y peatones de la comunidad! Punto.

Lo nuevo es que el aeropuerto de Coro otra vez está funcionando, era increíble que la primera capital de Venezuela y una ciudad netamente turística no tuviese entrada por aire. Viajar por tierra es una lotería, el último viaje que hice de Coro a Caracas tardé -Sin exagerar- 6 horas en El Palito. Juro haber pensado en el suicidio. Un viaje de 6 horas, duró 16. Salí a las 9 de la mañana y llegué a Caracas a la 1 de la mañana. ¡Na´pelusa!

Pero no todo es malo, Falcón es una tierra que todavía mantiene parte de su cultura, año tras año no dejan de bailar a San Benito y el 28 de diciembre en la vela de Coro se prende el fiestón con los “Locos de la Vela”. En Cumarebo es igual, el primero de enero no pelan los locos de Cumarebo y el 6 la plaza se abarrota de gente que se coloca ahí para ver pasar los disfraces. Aunque el pueblito aprovecha para hacer desastre: beber en la calle, competir entre los carros para ver cuál pone el volumen más alto y amanecer en las esquinas.
Comprendí que a Falcón le hace falta un buen gobierno, pero también le hace falta un pueblo preocupado por el lugar donde viven. Cumarebo lo conozco desde que tengo uso de razón y la única obra que se diga ¡Oh qué bruto, hicieron algo! fue la reconstrucción del muelle de Cumarebo que en la actualidad solo es usado por pescadores, pero antes llegaban embarcaciones de Aruba, Curazao y hasta de Cuba. Tampoco es la gran cosa, hicieron la construcción y como muchas obras a las que no se le hace mantenimiento se ha deteriorado. En Cumarebo, por suerte, aún se come la mejor natilla del mundo mundial y los mejores dulces de leche.


Si estás en busca de algo más rural, desde Cumarebo puedes ir a San Pedro, San Francisco, San Miguel y el más Cerca, Cumarebito. Pueblitos con pocas casas donde puedes pasar un rato agradable y observar las montañas. En Cumarebo de un costado hay playas y del otro montañas, las playas son de color marrón, lo que yo llamo playa nestea, pero te puedes bañar, bordean casi todas las urbanizaciones del pueblo: La Cañada, Playa Blanca, Bella Vista, entre otras y la playa toma el mismo nombre de la urbanización. Si te gusta la historia Coro es perfecto, se te puede ir un día recorriendo el casco histórico de Coro: museos, galerías, iglesias, paseos y plazas. Si tienes suerte es posible que encuentres algún lugar abierto para comer por la zona y en la tarde no te puedes perder el atardecer desde los Médanos de Coro.
El sol bajando por detrás de las dunas, lo cura todo.